16 de junio de 2019.El New Beetle verá su última unidad ensamblada este próximo miércoles, cuando se acabe toda una era en cuanto a formas automotrices.
No hay quien no tenga presente la silueta del Volkswagen Sedán original –inició su venta en México en marzo de 1954, su fabricación en 1961y la demanda fue tal que para 1965 se abrió la planta de VW Puebla– y a partir de que a principios de los noventa nos enseñaron el Beetle, la forma seguía como un tributo a lo que fue uno de los autos más exitosos en la historia.
Hacerlo no fue fácil, desarrollar partes curvas y caprichosas como las puertas o los espejos retrovisores, el gran tablero o sus vidrios curvos, mereció todo un desarrollo que valió la pena hacer. Hoy vemos el último nacer y morir de este gran ícono, que hizo de VW Puebla, su hogar desde donde todo el mundo lo recibía.
Ahora quedará en los museos, pues el mercado cambió y se fue a camionetas. El Beetle, que nunca quiso ser una de ellas con versiones más altas, fue todo terreno o más aventurero.
Así el Beetle queda en la memoria con su florero junto al volante que efectivamente algunos si usaron para mostrar la nostalgia por el “Flower Power” de los años sesenta.
Adiós Beetle, bienvenida la producción de productos de mayor volumen. Así el 23 de octubre de 1967 salió el primer VW Sedán de Puebla, la última edición de él fue en 2003, y ahora el 18 de junio de 2019 saldrá el último Beetle de la línea de Puebla.